Degustaba un
delicioso dim sum, con mi amigo Anderson Gomes, un especialista en física,
quien fue secretario de Educación del estado de Pernambuco, en Brasil, durante
la administración del gobernador Eduardo Campos, y entre el ham pao, hakao y
uno que otro shumai, no resistí la tentación de preguntarle qué había hecho
para convertir a su Estado, en uno de los mejores en el ranking en educación
básica y media en Brasil, después de ocupar los últimos lugares.
Lo primero
que hicieron fue aumentar la permanencia de los niños en las escuelas con una
sola jornada, de 8:00 a.m. a 5:00 p.m., pues hay evidencias de que más tiempo
en las escuelas significa mejor desempeño académico. Al final del día, los
niños regresaban a su casa a jugar y descansar. Para ello, tuvieron que
construir instalaciones, mejorar las existentes dotándolas de comedores
escolares para enseñarle a los niños a alimentarse, para combatir la
desnutrición y la obesidad. Además, incorporaron la enseñanza de inglés,
español y actividades extracurriculares como, deportes y música.





