lunes, 26 de enero de 2015

‘Benchmarking’ en educación'



Degustaba un delicioso dim sum, con mi amigo Anderson Gomes, un especialista en física, quien fue secretario de Educación del estado de Pernambuco, en Brasil, durante la administración del gobernador Eduardo Campos, y entre el ham pao, hakao y uno que otro shumai, no resistí la tentación de preguntarle qué había hecho para convertir a su Estado, en uno de los mejores en el ranking en educación básica y media en Brasil, después de ocupar los últimos lugares.

Lo primero que hicieron fue aumentar la permanencia de los niños en las escuelas con una sola jornada, de 8:00 a.m. a 5:00 p.m., pues hay evidencias de que más tiempo en las escuelas significa mejor desempeño académico. Al final del día, los niños regresaban a su casa a jugar y descansar. Para ello, tuvieron que construir instalaciones, mejorar las existentes dotándolas de comedores escolares para enseñarle a los niños a alimentarse, para combatir la desnutrición y la obesidad. Además, incorporaron la enseñanza de inglés, español y actividades extracurriculares como, deportes y música.

“Vísteme con calma que voy de Prisa”

Hacia un sistema único de salud

Si revisamos las propuestas de los aspirantes a la presidencia de la república en las últimas campañas electorales  en materia de salud,  observaremos  que todos  promueven la atención primaria, es decir prevenir enfermedades y promover estilos de vida saludable, tal como se estableció en la convención de Alma Ata en septiembre de 1978, donde los estados participantes entre ellos Panamá, se comprometieron a  impulsar un cambio de paradigma de la atención centrada en la enfermedad a la atención centrada en la salud,  por ser más eficiente y efectiva,  no obstante al llegar al  gobierno, las promesas se olvidan y  continúan dirigiendo la mayoría de los recursos a los hospitales y a la parte curativa,  al punto que los ciudadanos deben estar enfermos para ser tocados por el sistema, llegando algunos  a pensar que si no cambiamos de rumbo, en Panamá en lugar de llamar al “Ministerio de salud” se debe conocer como “Ministerio de enfermedad”.

Esta deficiencia estructural trajo como consecuencia la construcción de  gran cantidad de hospitales, incluyendo a la ciudad hospitalaria que de acuerdo a declaraciones de las actuales autoridades tiene problemas de ubicación, acceso, equipamiento, financiamiento y recursos humanos, lo que refleja falta de planificación que podría terminar en un proyecto inconcluso,  lo que contrasta con aquellos que opinan que todo está bien, por lo que se impone un tercero dirimente que le informe a la sociedad la realidad,  ya que se comienzan a escuchar rumores  que podríamos estar frente a un proyecto fallido y eso es muy grave para el país.