Hacia un
sistema único de salud
Si revisamos las propuestas de los
aspirantes a la presidencia de la república en las últimas campañas electorales
en materia de salud, observaremos que todos promueven la atención primaria, es decir
prevenir enfermedades y promover estilos de vida saludable, tal como se
estableció en la convención de Alma Ata en septiembre de 1978, donde los
estados participantes entre ellos Panamá, se comprometieron a impulsar un cambio de paradigma de la atención
centrada en la enfermedad a la atención centrada en la salud, por ser más eficiente y efectiva, no obstante al llegar al gobierno,
las promesas se olvidan y continúan
dirigiendo la mayoría de los recursos a los hospitales y a la parte
curativa, al punto que los ciudadanos
deben estar enfermos para ser tocados por el sistema, llegando algunos a pensar que si no cambiamos de rumbo, en
Panamá en lugar de llamar al “Ministerio de salud” se debe conocer como “Ministerio
de enfermedad”.
Esta deficiencia estructural trajo
como consecuencia la construcción de gran cantidad de hospitales, incluyendo a la
ciudad hospitalaria que de acuerdo a declaraciones de las actuales autoridades
tiene problemas de ubicación, acceso, equipamiento, financiamiento y recursos
humanos, lo que refleja falta de planificación que podría terminar en un proyecto
inconcluso, lo que contrasta con
aquellos que opinan que todo está bien, por lo que se impone un tercero
dirimente que le informe a la sociedad la realidad, ya que se comienzan a escuchar rumores que podríamos estar frente a un proyecto
fallido y eso es muy grave para el país.
Como decía Albert Einstein “no
esperemos resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo”. Luego entonces,
si la decisión es continuar con el
proyecto de la ciudad hospitalaria se requieren
ajustes radicales, además de
aprovechar la gran oportunidad de implantar
de una vez por todas el proyecto largamente anunciado y nunca concluido
de “integración de los servicios de salud” tal como lo establece nuestra
constitución en su artículo 110. Este proceso de creación del sistema único
de salud pública panameño puede iniciarse si ubicamos en la ciudad hospitalaria
tanto al Instituto Oncológico Nacional como al Hospital del Niño, ambas
instituciones insignias de la salud en Panamá y que evidencian claramente la
necesidad de contar con nuevas y modernas instalaciones para continuar
sirviéndole al pueblo panameño como lo han hecho hasta ahora. Desde estos dos centros de excelencia unificar
los esfuerzos y los recursos profesionales, económicos y tecnológicos tanto del
MINSA y de la CSS en lugar de estar construyendo mas instalaciones para
hospitales, duplicando los servicios y
dilapidando los escasos recursos con que
cuenta el país, y así darle a nuestra nación un nuevo modelo de
gestión y atención en salud.
Al preguntarme ¿por qué seguimos con
los mismos problemas en salud, teniendo tantos expertos? La primera respuesta que se me viene a la
mente es por falta de voluntad política,
porque es más fácil seguir igual, no mover las olas y no pagar el
desgaste del ejercicio del poder, permitir que se continúe en la zona de
confort, con lo cual el resultado es que
no estamos alcanzando como país la calidad, la satisfacción de la población, ni los objetivos del milenio. Siempre es más barato prevenir que curar, por
ejemplo; si nos aseguramos del buen
control de los hipertensos y los diabéticos estaremos evitando más del 80% de
las causas de la falla renal crónica y
no se requerirá construir tantas salas
de hemodiálisis; hablamos de atención
primaria, de medicina familia, ambiental y comunitaria.
He tenido oportunidad de interactuar
a través de más de 37 años con las
diferentes administraciones en salud, con todas he cooperado en diferente
medida, en algunos casos he participado en las propuestas de gobierno y me he
percatado que tanto el MINSA como la CSS cuentan con el recurso humano
calificado, con el conocimiento, la
vocación de servicio y el compromiso capaz de lograr los mejores resultados, todas
las autoridades en el fondo sabían lo que se debía hacer, pero dejaron
que las cosas siguieran igual y
al final las consecuencias las paga la población por mantener aun el agotado modelo curativo, biologicista y patocéntrico en
Panamá. Esta es la gran oportunidad que
tiene la actual administración de actuar, que no tengan razón los que piensan
que están en parálisis por análisis, yo
prefiero creer en la frase atribuida a Carlos III, a Fernando VII y a Napoleón Bonaparte cuando se preparaban para la batalla “vísteme con calma que voy de prisa” El pueblo está a la espera.
Dr.
Enrique Lau Cortes
Médico,
Economista de la salud
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